En los últimos años, cuando llegan las vacaciones de verano, alejo mi mente
de temas complicados y me dedico, en la playa o en casa junto al ventilador y
una cerveza, a darme a la vena humorística. Y para ello, qué mejor que
resucitar los tebeos de Mortadelo y Filemón.
Símbolos de
mi infancia, en la que prefería que me compraran estos tebeos antes que
chucherías, igual que millones y millones de españoles durante varias
generaciones. Y curiosamente estos cómics me gustan y me hacen reír más ahora
que cuando era pequeño.
Os contaré un secreto: Yo aprendí a leer con unos cuantos tebeos de
Mortadelo y Filemón. Yo no fui a guardería, y recuerdo cómo mi hermano mayor,
antes de que me enseñaran a leer en el cole, me enseñaba a descifrar los
símbolos que me iban a permitir acompañar a los dos agentes de la T.I.A. en sus
aventuras y, sobre todo, desventuras.
Por si hay algún despistado, diremos que Mortadelo y Filemón son una pareja
de detectives bastante peculiar: el primero, alto, delgado, calvo como una bola
de billar, con gafotas y nariz de pepino, levitón negro e innata capacidad para
disfrazarse y para tener ideas tan absurdas como geniales. El segundo, su jefe,
con pajarita, dos pelos, y una suerte para la desgracia tremenda. Por encima de
ellos está el superintendente de la T.I.A. (Técnicos Investigación
Aeroterráquea) y también andan por ahí la secretaria Ofelia y el profesor
Bacterio, científico loco cuyos inventos dan exactamente el resultado contrario
al pretendido.
Su creador es Francisco Ibáñez Talavera, el cual cuenta ya con 76 años y
sigue dibujando cada año varias historias de estos dos personajes, después de
llevar toda la vida haciéndolo. Además, también ha dibujado comics de otros
personajes tan conocidos como “Pepe Gotera y Otilio”, “Rompetechos”, “13 rue
del Percebe” o “El botones sacarino”. Un ejemplo de superación. Un portento de
ingenio y talento. Un maestro que, como suele pasar en este país, será mucho
más reconocido públicamente desde el día que se muera.
Centrándonos en la carrera de Mortadelo y Filemón, en los años 70, 80 y
principios de los 90 creó un estilo marcado por unas historias largas de 44
páginas, estructuradas en varios capítulos que giraban en torno a un argumento,
estilo que ha continuado hasta el día de hoy. Las historias de aquellos años
eran atemporales, de tal manera que muchos años después mantienen intacta su
capacidad de entretener a nuevas y viejas generaciones. Sin embargo, desde
finales de los 90, Ibáñez empezó a “obsesionarse” con la idea de que las aventuras
de Mortadelo y Filemón versaran sobre temas de actualidad, y aquí es donde
observamos resultados dispares, alternando comics más flojos con otros
sencillamente geniales.
De la “primera etapa” me he leído prácticamente todos; a partir de la
“segunda etapa”, hay unos que si y otros que no. Cada “Mortadelólogo” tiene sus
favoritos y aquí os dejo algunos de los que más recuerdo:
El sulfato atómico: El profesor Bacterio ha inventado un sulfato capaz
de convertir en gigantes a los bichos a los que rocia, y el dictador de
Tiranía, Bruteztrausen, se ha hecho con una muestra. Nuestros héroes deben
infiltrarse en Tirania ya arrebatarle el sulfato. Clásico entre los clásicos,
pues fue la primera historia larga de Mortadelo y Filemón.
Valor… ¡y al toro!: Mortadelo y Filemón luchan contra “la banda del
rata” por conseguir unos planos que están escondidos en el cuerno de un toro.
Comic español en estado puro, sobre todo en el tramo final con escenas
delirantes en una plaza de toros.
La maquina del cambiazo: Para atrapar al peligroso criminal Jack Tortazo, el
profesor Bacterio inventa una máquina en la que, mediante las coordenadas
adecuadas de latitud-longitud, se envía a la persona que se mete en la máquina
a ese lugar del globo terráqueo, sustituyendo a otra persona que es la que
aparece en la máquina. Así que van probando con distintas latitudes y
longitudes a ver si aciertan con Jack Tortazo. Bestial y absurdo desde la
primera página hasta la última.
Mundial 78: Ibáñez ha dibujado varios álbumes de acontecimientos futboleros (según
él, a pesar de no gustarle el fútbol) y este primero es absolutamente genial;
cómo olvidar esa ficticia final España-Alemania, con las caricaturas de Hitler
y Suárez en el palco, con el duelo Orquesta Sinfónica Alemana vs Charanga Española,
con escenas de violencia extrema sobre el terreno de juego y con un gol en el
último segundo… ¿adivináis de quién?
Lo que el viento se dejó: Un terrorista conocido como “El viento”
ha colocado un potente explosivo en Villarrebuzno de Abajo, y Mortadelo y
Filemón tienen que encontrarlo. Para eso van al pueblo y conviven con los
lugareños. Sin duda, el cómic más rural de Mortadelo y Filemón, plagado de
inolvidables gags con pueblerinos, viejas, burros, gorrinos, etc.
El ordenador ¡qué horror!: Un virus informático ataca los
ordenadores de los principales dirigentes mundiales, desde Chirac hasta Bush, y
les provoca todo tipo de barbaridades, ante lo que Mortadelo y Filemón deben
intervenir en aras de la paz mundial y todo eso… comic de la “segunda etapa” en
la que Ibáñez juega con la actualidad. Memorable introducción con la caricatura
del propio Ibáñez que se vuelve loco intentando aprender a manejar un
ordenador, y memorable escena en la que Mortadelo y Filemón son torturados
mediante la escucha forzosa del Debate sobre el Estado de la Nación.
Estos son sólo algunos, aunque no podemos olvidar títulos como Concurso-oposición, Contra el gang del chicharrón, Los diamantes de la gran duquesa, El quinto centenario,
Pesadilla, o Misión Triunfo, cada uno de una época
pero todos ellos dignos de mención, al igual que muuuuuuchos otros que merecen
la pena y que, queridos bloggeros, podéis aportar si lo deseáis.
1 comentarios:
Aqui os dejo la dirección de la pagina oficial de mortadelo y filemon. www.mortadeloyfilemon.com/
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