Choto

4 de febrero de 2012

Reflexiones futboleras


Siempre se ha dicho que "el fútbol es el opio del pueblo", que es "un instrumento de aborregamiento de las masas", que "once millonarios en calzoncillos corriendo y pegando patadas a un balón no me dan de comer", y frases similares. Y, mirándolo fría y racionalmente, todo eso es cierto. Sin embargo, algo tiene el fútbol que consigue desatar mis pasiones viscerales e incluso captar parte de mis exiguos ahorros en camisetas, abonos, entradas y alguna vez incluso viajes.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, he perdido un poco de interés por el deporte rey; ello se debe a una mezcla de factores, a saber: el aplastante dominio económico y mediático de los dos equipos más poderosos del fútbol español, Barcelona y Real Madrid, que hace que lo que en otras ocasiones fue una competición reñida entre varios equipos, ahora se haya convertido en una especie de combate de boxeo entre ellos dos, en plan a ver quién humilla más a los rivales (y, además, cuando se enfrentan entre ellos, lo del combate de boxeo es literal); los horarios infames impuestos por las televisiones (un partido el sábado a las 10 en pleno invierno, otro un domingo a las 12, otro un lunes por la noche... ¡qué tiempos aquellos que jugaban todos los partidos el domingo a las 5 y oir la radio era un espectáculo!); que la quiniela, apuesta deportiva por excelencia, se haya devaluado por la casi total ausencia de sorpresas, por la aparición de las apuestas por internet y por esos horarios infames; etc etc.

Dentro de todo esto, y con todo mi respeto a los aficionados de estos equipos, lo más deplorable de todo son los patéticos debates que montan algunos "periodistas" deportivos con el bipartidismo Barcelona-Real Madrid; que si uno del Barsa ha dicho tal cosa y otro del Madrid ha respondido esta otra; que si fulanito a hecho tal gesto y el entrenador ha hecho otro... al más puro estilo "Salsa Rosa" o "Sálvame de Luxe", lo cual hace que los aficionados de otros equipos estemos hasta los h... de este circo mediático, que no es deporte ni es nada, en torno a dos entidades que más que equipos de fútbol parecen partidos políticos o grandes empresas multinacionales.

Menos mal que de vez en cuando, aún surge alguna alegría que a mí por lo menos me hace recuperar la afición por este deporte; es el caso del Mirandés, equipo modesto de Segunda B (el equivalente a Tercera División), que con futbolistas que no viven de ello, han logrado plantarse en la semifinal de la Copa del Rey después de eliminar a tres equipos de Primera División y conseguir que Pablo Infante, un empleado de banca, se convierta en el máximo goleador del torneo. Para mí, personalmente, esto es el fútbol de verdad, y no todo el circo mediático y económico montado alrededor del bipartidismo anteriormente comentado.

Para terminar, quisiera recomendar otro blog que me pareció muy bueno: www.futbolistasconkarma.com . En él se habla, en clave de humor y contando anécdotas y curiosidades, de futbolistas de hace ya unas cuantas temporadas que prometían ser estrellas y acabaron "estrellados". Están futbolistas de los que algunos guardamos un "gran" recuerdo como, por ejemplo, Goran Drulic y Marcelo Esquerdinha (Real Zaragoza), Cristopher Dugarry o Winston Bogarde (Barcelona), Campagnuolo o Marchena (Valencia, este último en activo en el Villarreal), y muchos otros... no tiene desperdicio.

1 comentarios:

Estoy de acuerdo, pero no creo que sea por los horarios. Es más, recuerdo que hace años me quedaba a ver en el sofá un Atlético-Valencia o un Deportivo-Athletic, y eran auténticos partidazos. Entonces, estos equipos todavía tenían en sus plantillas algún crack que le daba calidad al equipo y lo hacía digno de ver. Hoy en día, mirar un partido de un equipo que no sea el tuyo, se hace soporífero.

Soy del Madrid, pero debo reconocer que los dos equipos grandes de este país, a costa de hacerse cada vez más y más poderosos se han cargado el encanto de aquel fútbol tan emocionante y a veces épico.
 

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