Choto

23 de diciembre de 2011

Trabajadores públicos vs Trabajadores privados; Mi deseo navideño particular

Ahora que entramos en unas fechas donde abundan los buenos deseos y los propósitos de enmienda, quiero expresar mi particular deseo.

En los tiempos en que estamos viviendo, con pérdida de calidad de vida de todos los trabajadores de este país, los que mandan (políticos, bancos, grandes empresarios...) están encantados en sus poltronas utilizando el "divide y vencerás", lo que se traduce en una absurda pugna entre trabajadores del sector privado y del sector público.


La cosa ya viene de lejos, pero ahora en tiempos de crisis, esta rivalidad es más improductiva y perjudicial que nunca.

Por una parte, me parece fatal que existan funcionarios que se alegren de que su vecino el albañil, que hace unos pocos años disfrutaba de trabajo y un buen sueldo, ahora esté en el paro y sin expectativas. Está claro que ha habido errores garrafales en la configuración del modelo productivo y económico de este país, donde gente sin formación ha ganado "dinero fácil", mientras que el esfuerzo, la dedicación y la cualificación de otros que estaban ahí "sin hacer ruido" no se ha valorado lo suficiente; pero la indiferencia o, peor aún, la alegría por el mal ajeno, no llevan a nada bueno. El empleado público tiene que ser consciente de que por cada parado en tiempos de crisis (es decir, que luego no va a encontrar trabajo, o le va a costar mucho hacerlo) hay una persona menos contribuyendo a las arcas públicas y, por tanto, menos dinero disponible para pagar su salario. Por lo tanto, el pensar que esa situación no va con él, es de tontos; y el alegrarse, además, de malas personas. Dicho esto, comentar que aún no me he encontrado a ningún empleado público que se alegre de que a un trabajador de una empresa privada lo han despedido o le han bajado el sueldo, o lo han metido en un ERE...

Por otra parte, me parece igual de mal que existan trabajadores de la empresa privada que se alegren de que al funcionario (del cual nadie se acordaba en tiempos de bonanza económica) le bajen el sueldo y le deterioren las condiciones laborales. Este tipo de gente representa la mentalidad española de "si yo estoy mal, mi satisfacción es que fastidien al vecino que hoy está un poco mejor en lugar de intentar mejorar yo mis circunstancias". Esta gente sigue con el tópico medieval (muy difundido, por otra parte, por los que mandan, porque como he dicho al principio les interesa mantener estos tópicos para practicar el "divide y vencerás" entre trabajadores) de que los empleados públicos son una clase media de aristócratas que trabajan poco, ganan mucho, viven de maravilla, tienen "privilegios" laborales... cuando nada de todo eso es cierto, amén de que los puestos de trabajo públicos, que son necesarios para cualquier sociedad desarrollada, no caen del cielo (hay que ganárselos por mérito y capacidad, y además eso implica muchas veces irse a vivir lejos de tu tierra natal y de tu familia) y que esos "privilegios" se refieren a la estabilidad laboral (¡que tendría que ser un derecho!) y a cobrar en muchiiiiisimos casos, mil euros o menos teniendo que sacar una familia adelante, pagar una hipoteca... Además, el trabajador de la empresa privada debería ser consciente de que en tiempos de crisis, el único que puede tirar del consumo (por ejemplo, pedir un crédito para comprar un coche) es el que tiene un sueldo fijo (que no alto); si aun así, se bajan sueldos, cunde el temor, la desconfianza y se reduce la capacidad de consumo, lo que multiplicado por 3 millones de empleados públicos implica una reducción notable del consumo y, por tanto, más paro (ej: no se venden coches => obreros en ERE, cuando no despedidos...), y esto afecta a prácticamente todos los sectores y todas las empresas del país, seguramente también la empresa en la que trabaja ese que se alegra. Por lo tanto, argumento lo mismo que en el caso anterior: el trabajador de la empresa privada que piense que esta situación no va con él, es tonto; y si además se alegra, es una mala persona. Desgraciadamente, en este  "bando" sí me he encontrado personas con esta manera de pensar (y no pocas), lo que es consecuencia de la incultura y la ignorancia de mucha gente en este país, además de la manipulación política y mediática anteriormente comentada para mantener, de manera interesada para los que mandan, una imagen de los empleados públicos que nada tiene que ver con la realidad.

La idea que quiero transmitir, en fin, es que TODOS los trabajadores vamos en el mismo barco. No tienen sentido absurdos debates de si uno es más productivo que otro, o si uno genera más riqueza que otro... estamos hablando de PERSONAS, no de robots, y en esta sociedad todas las personas tenemos algo que aportar, cada una según sus capacidades y sus conocimientos. Y siempre, en tiempos de crisis y de bonanza económica, tenemos que ser conscientes de ello. Lo que le afecta a uno, le afecta a todos los demás. Por tanto, una de las claves para salir de la crisis, más allá de reformas laborales, financieras... es cambiar las mentalidades absurdas y equivocadas que aquí he descrito. Por ello, mi deseo para estas Navidades y el año que comienza es que, efectivamente, se produzca un cambio en estas mentalidades que son negativas para el conjunto de la sociedad.


"Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. 

Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. 

Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó. 


Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. 
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. 
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde."


(Texto atribuido a Bertolt Brecht)

2 comentarios:

Hola Jurisprudencio ante todo si no nos vemos felices navidades. Esta vez lo has "clavado" del todo, además es uno de los deseos mas social, solidario y desinteresado que he oido en mi vida. Escribe a los reyes a ver si se hace realidad. Muchos besos
 
Muchas gracias, Carrie. Yo este deseo lo calificaría, más bien, de sentido común. Ojalá que este sentido común reine en nuestra sociedad a partir de este 2012.
 

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